miércoles, 4 de marzo de 2009

Todos los caminos conducen a Roma

Menos mal. Al menos para mí que nunca me pude orientar en esa ciudad. Tuve la suerte de visitar Roma dos veces, pero nunca pude tener pleno sentido de la orientación allí. Y no sé por qué, ya que no suelo tener problemas para saber dónde está cada cosa. Cada vez que voy a viajar a algún lugar necesito ver primero un mapa de la ciudad, sus principales calles, lugares clave, hitos que me marquen puntos de referencia. Haciendo eso no he tenido problemas en ninguna ciudad, excepto en Roma. Algo debe haber sucedido cuando miraba los mapas que no pude retener la información. Hoy en día en mi mente sólo tengo unas vagas referencias de un par de puntos estratégicos que son el Vaticano y la Vila Borghese. Todo lo demás que conocí de Roma no dejó rastros en mi cerebro de la ubicación dentro de la ciudad. A veces pienso en alguno de ellos pero sin recordar la ubicación en la que está. ¿Qué tendrá Roma? Puedo ubicar en París el Arco de Triunfo, la Torre Eiffel, Montparnasse, el Louvre, el barrio Latino, Notre Dame, etc. etc. pero no puedo ubicar nada en Roma... Yo sospecho el motivo, pero no estoy convencido de que sea eso: Roma tiene sólo dos líneas de subterráneo que son rectas y que se cruzan. Tienen pocas estaciones bastante separadas entre sí. Si uno tiene que ir cerca de esos lugares es útil, si no, no vale la pena porque hay que caminar media ciudad para tomarlo y bajarse luego en el medio de algo que uno no quiere conocer. Mi cerebro trabaja bien con el subte. En todas las ciudades donde hay, uso ese medio de transporte y probablemente por eso me puedo ubicar mejor. ¿Será esta la razón por la que no me puedo ubicar en Roma? Bueno, no voy a dejar de dormir por este problema... Tengo otro más grave: no tengo los euros para regresar. Y aunque todos los caminos conduzcan a Roma, todos son caros.

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