martes, 24 de marzo de 2009

¡Para tí la perra gorda!

No se prepocupen. No estoy regalando este animalito para que lo alimenten. No es mío y tampoco sé de quién es.
Tampoco les estoy ofreciendo a Carmen Barbieri... (sin ánimo de ofender a ningún can).
Es una foto que guardé hace un tiempo cuando la vi en internet porque supuse que algún día me iba a servir. Y ahora, leyendo un libro de dichos y frases encontré una que es la frase del título de esta entrada.
No se usa aquí, sino que proviene de España y probablemente tampoco se use más (aunque no lo puedo asegurar). La historia simpática de la misma se describe en el libro "Del hecho al dicho", de Gregorio Doval, y la transcribo para mis lectores...
"Frase hecha con que se da la razón a alguien, aún pensando que no la tiene, sólo para no seguir soportando su insistencia. Como la expresión NO SOLTAR Nl UNA PERRA. ésta también alude a las monedas de cobre o aluminio de cinco y diez céntimos, acuñadas a partir de 1870 y en cuyo reverso se veía la efigie de un león rampante que sostenía un escudo de España. El pueblo comenzó a llamarlas perras porque la silueta del león no parece que estuviera muy conseguida y muchos, con intención humorística, claro está, querían ver en ella, no al felino, sino a un perro."
"A esta denominación se añadían los epítetos chica y gorda, según se tratara, respectivamente, de la moneda de cinco o diez céntimos. En este caso, la frase alude a las monedas de diez centímos o perras gordas. La frase parece referirse en primera instancia a la circunstancia en que alguien porfíe con otro por esa cantidad de dinero con tanta insistencia y tozudez, que este otro prefiera dársela a seguir escuchándole."

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