martes, 20 de enero de 2009

La ciudad de los dioses

Esta es la Pirámide del Sol, en Teotihuacán. Allí estuve en Noviembre del año pasado. Contraté un tour en el hotel ya que aunque el lugar está cerca de México DF, hay que ir en auto y se tarda como una hora en llegar. El tour fue bastante bueno, comenzamos por conocer unas ruinas dentro de la misma ciudad, luego fuimos a la Basílica de la Virgen de Guadalupe y por último salimos de la ciudad rumbo a Teotihuacán. Aprovecho para contarles algo de lo que nos dijo el guía. Teotihuacán significa Ciudad de los Dioses y este nombre se lo pusieron los aztecas cuando viniendo desde el norte en búsqueda de un lugar donde asentarse vieron esta ciudad por primera vez. Cuando los aztecas la descubrieron ya llevaba varios cientos de años abandonada. Hoy en día aún se desconoce quién contruyó todo este sitio que consta de dos pirámides mayores, la del Sol y la de Luna que es bastante más pequeña, varias pirámides menores, una avenida central, varias "plazas" rodeadas de una especie de muralla con escalones de ambos lados y algunas otras construcciones adicionales. Tampoco se sabe por qué fue abandonada. El lugar es bastante árido con suelo pedregoso, cactus por todas partes y mucha piedra que forma parte de las construcciones. La pirámide del Sol es muy alta, no recuerdo ahora cuántos metros pero si pueden llegar a ver en la foto, hay gente subiendo por la escalera central y también hay gente en la cima. Y se ven muy pequeños. La foto está tomada como a unos 100 metros de distancia de la base, quizá un poco más. Lamento no saber qué hay arriba y cómo es la vista desde allí. Yo no subí. Previamente había subido a una min-pirámide que tenía unos 70-80 escalones con bastante dificultad porque sufro de vértigo. Cuando quise bajar de ésta se me paralizaban las piernas y fue aún más difícil que subir. No había la menor posibilidad de que intentara subir a la pirámide del Sol que tiene varios cientos de metros de altura. Lo peor de todo es que los escalones tienen el doble o más de altura que de ancho, lo cual hace todo más complicado. No se dejen engañar por la imagen que parece una "loma" ancha y con poca pendiente. Para nada, con la altura que tienen los escalones hay gente que los baja sentándose en ellos. A pesar de no haber subido, igual disfruté del paseo y de conocer el lugar. Al final, casi a las tres de la tarde nos llevaron a almorzar en compañía de mariachis que gritaban como si fueran cerdos enfurecidos. ¡¿Hay algo más molesto que tratar de disfrutar de una comida con alguien cantándote al lado y encima a los gritos?! Odio a los mariachis.

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