domingo, 18 de enero de 2009

Cómo darle una píldora a un gato

La primera vez que leí esto que estoy publicando abajo reí tanto que me dolía el cuerpo y no podía continuar leyendo. Me gustan los animales y no me gusta que sean maltratados pero cualquier cosa que tenga que ver con comportamientos "histéricos" de un gato (felinos del reino animal, no me refiero a otros) me produce una carcajada inmediatamente. Por eso me divierto tanto cuando aparece la "loca de los gatos" en Los Simpsons, o se escucha el grito de un gato que acaba de ser pisado, etc., etc. Lo de abajo no es invento mío, parece que podría ser de un tal Antonio Burgos. No he leído el libro, pero si es como lo que sigue debe ser genial... 1. Tome el gato y acúnelo con su brazo izquierdo como si estuviera sosteniendo a un bebé. Coloque los dedos índice y pulgar de su mano izquierda para aplicar una suave presión sobre las mejillas del minino, mientras sostiene la píldora con la derecha. Cuando el gato abra la boca, arroje la píldora dentro. Permítale cerrar la boca a los efectos de que el gato la trague. 2. Tome la píldora del suelo y saque al gato de detrás del sofá. Acune al gato en su brazo izquierdo y repita el proceso. 3. Traiga al gato desde el escritorio y tire la píldora baboseada a la basura. 4. Saque una nueva pastilla de la caja, acune al gato en su brazo izquierdo, manteniendo las patas traseras firmemente sujetas con su mano izquierda. Fuerce la apertura de la mandíbula y empuje la pastilla dentro de la boca del animal con su dedo medio. Mantenga la boca del gato cerrada y cuente hasta 10. 5. Saque la píldora de la pecera, y al gato de encima del armario. Llame a su esposa, que está en el jardín, para que le ayude. 6. Arrodíllese en el suelo con el gato firmemente sujeto entre sus rodillas. Mantenga sus patas traseras y delanteras quietas. Ignore los gruñidos que el gato emite. Pídale a su esposa que sostenga la cabeza del gato con una mano, mientras le abre la boca con una regla de madera. Eche la pastilla dentro y frote vigorosamente la garganta del gato. 7. Traiga al gato de la lámpara de la cocina. Tome otra píldora de la caja. Recuerde comprar una nueva regla y encargar unas cortinas nuevas. Barra cuidadosamente los trozos de figuras de porcelana y póngalos aparte para pegarlos luego. 8. Envuelva al gato en una toalla grande y pídale a su esposa que lo mantenga estirado, sólo con la cabeza visible. Ponga la pastilla en una pajita de refresco. Abra la boca del gato con un lápiz. Ponga un extremo de la pajita en la boca del gato y el otro en la suya propia. Sople. 9. Lea el prospecto de la caja para asegurarse que la pastilla que se acaba de tragar no es dañina para seres humanos. Beba un vaso de agua para recuperar el sentido del gusto. Aplique apósitos en los brazos de su esposa y limpie la sangre de la alfombra con agua fría y jabón. 10. Traiga al gato del tejado del vecino. Tome otra píldora. Ponga al gato en el armario y cierre la puerta sobre su cuello, dejando sólo la cabeza fuera del mismo. Fuerce la apertura de la boca con una cuchara de postre. Arroje la pastilla dentro de la boca del gato con una goma elástica. 11. Vaya al garaje a buscar un destornillador para volver a colocar la puerta del armario en sus bisagras. Aplíquese compresas frías en sus mejillas y verifique cuándo fue su última dosis de antitetánica. 12. Llame a los bomberos para bajar al gato del árbol que hay en la calle de enfrente. Discúlpese con su vecino, que se acaba de estrellar tratando de escapar de su gato furioso. 13. Tome la última píldora de la caja. Ate las patas delanteras del gato junto con las traseras con una cuerda. Atelo firmemente a la pata de la mesa de la cocina. Busque guantes de trabajo pesado. Mantenga la boca del gato abierta con una pequeña palanca. Póngale la pastilla en la boca seguida de un trozo de carne. Mantenga la cabeza vertical y vierta medio litro de agua a través de la garganta del gato, para que trague la píldora. 14. Haga que su esposa lo lleve a urgencias. Siéntese tranquilo mientras el doctor le venda los dedos y la frente y le saca la píldora del ojo. En el camino de vuelta a casa, deténgase un momento en la tienda de muebles para comprar una nueva mesa. 15. Por último, arregle con una inmobiliaria la compra de una nueva casa, y llame al veterinario, para averiguar si tiene algún hámster para vender.

1 comentario:

  1. No estoy seguro si esto le sucedió en realidad al autor, pero doy fé que darle una pastilla a un gato es imposible y más que riesgoso.
    En una oportunidad tuve que hacerlo con una gata que no tiene ni agilidad ni fuerza suficiente para subirse a una silla (lo hace clavando las uñas en el asiento y haciendo fuerza para treparse). El resultado: una uña del felino inscrustada en la mano de Vale, 3 pastillas desperdiciadas, queso, dulce de leche, carne y demás cebos desparramados por el piso, y la gata escondida debajo de una cama. Obviamente nunca logramos el cometido.
    Como diría Capusotto en su personaje "Juan Carlos Pelotudo"... Es impozible... Impozible!!!

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