miércoles, 11 de febrero de 2009

Lecturas recomendadas (II)

"Escrita con un estilo de relato de acción, La Meta es la emocionante novela que está transformando el pensamiento de los directivos de todo el mundo occidental. El autor ha sido descrito por la revista Fortune como gurú de la industria y por Business Week como genio. Este es un libro para ser recomendado a sus amigos profesionales de la industria -incluso a sus jefes- pero no a sus competidores." Así comienza el comentario de contratapa de este libro. Me lo habían recomendado hace un tiempo atrás, pero no lo leí inmediatamente. Luego, una vez que comencé no pude dejarlo, es sencillamente asombroso. Para quienes como yo tenemos bastante sentido común (disculpen la "honestidad", je je!) algunas cosas relatadas por Goldratt parecen obvias. No obstante eso, el autor logra poner las ideas en forma ordenada, sistemática, metódica... Esto es a propósito de mi parte, así se filtra un montón de gente que cuando escucha la palabra orden o método se "brota toda" y le agarra un "ataque de caspa"... Para un "Six Sigma Black Belt" como yo... (ay! cuánto despliegue de honestidad!... me estoy poniendo colorado...) el método de Goldratt no es exactamente lo que uno aprendió, pero hay que reconocer que es equivalente y en ciertos casos, más adecuado. Eliyahu Goldratt escribió La Meta en 1984. Luego vinieron también No Es Cuestión De Suerte, Cadena Crítica, El Síndrome del Pajar, y Necesario Pero No Suficiente. Cada libro es mejor que el otro y uno se queda con ganas de aprender más, ya que por supuesto, no son sólo novelas, sino manuales de administración. Aquellos que manejen proyectos no pueden dejar de leer Cadena Crítica. Hay un capítulo donde el protagonista debe dirigir una hilera de niños en un campamento y lograr que la misma no se desarme. Es imperdible, ¡para alquilar balcones! En fin, si trabajan en la industria lean estos libros y pónganse a trabajar en serio. ¿Oyeron hablar de la Teoría de las Restricciones (TOC)? Bien, aquí tienen al autor. No... yo no soy, el señor de la foto de arriba... Mi "honestidad" no llega a tanto... (por ahora).

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