jueves, 17 de febrero de 2011

Junté unos pibes y me salió esto

Bueh… está bien… no fui yo. Mejor decirlo ahora porque igual se iban a dar cuenta.

Fue Gustav Mahler (1860-1911) –uno de mis compositores favoritos- y la estrenó dirigiéndola él mismo en 1910. En realidad fue la última sinfonía de Mahler estrenada en vida del compositor y además el mayor éxito de su vida.

Estoy hablando de la Sinfonía N° 8 también llamada la “Sinfonía de los Mil” porque según fue compuesta, requiere 171 instrumentistas y 850 cantantes… no apta para peña folclórica de la Base Marambio, por ejemplo.

Además de ser una sinfonía íntegramente coral, no tiene la estructura musical típica de tres o cuatro movimientos, sino una clara división en dos partes. Una primera de unos 20 minutos y una segunda (con más de un movimiento que se interpretan sin pausas entre ellos) de 55 minutos.
La primera parte le pone música a un himno medieval de Pentecostés llamado “Veni, Creator Spiritus”. La segunda corresponde a la escena final de la obra Fausto de Goethe.

La sinfonía completa es excelente, pero no soy parte imparcial en mi valoración porque es una de mis preferidas.

Les dejo aquí los minutos finales en una interpretación impecable de una orquesta que no pude identificar, pero que se la ve muy joven. Y no por eso menos talentosa.



¿Escucharon el video completo? Bueno, no puedo verlos pero de algo estoy seguro: o se les cayó la lágrima, o se les cortó la respiración, o les tiembla un párpado... o algo por el estilo. Si no fue así, o son sordos o se les desconectó el suero hace un par de horas y nadie se dio cuenta aún.

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