domingo, 17 de mayo de 2009

DOT = De Otra Tierra

Hoy fui a conocer el nuevo “yóping” que tiene Buenos Aires, el más grande la ciudad y el primero que se construye en los últimos diez años.

Es grande. Es cómodo para recorrerlo.

Tiene muchos locales de primeras marcas. Es lindo.

Pero… no está terminado.

El estacionamiento subterráneo no tiene señalización. Uno no sabe cómo encontrar las rampas para subir o bajar de nivel y por lo tanto tiene que dar como 5 vueltas hasta que encuentra la salida. Las rampas tienen mucha pendiente (mi auto toca la trompa al bajar y al subir y estoy considerando no estacionar más a menos que consiga lugar en el primer nivel). Además las rampas están “tan bien diseñadas” que hay que frenar, dar marcha atrás y continuar con la maniobra para doblar porque en el primer giro no se puede acceder a ellas. Y tengan en cuenta que yo no tengo un Cadillac, sino un C3.

No vi escaleras para salir del estacionamiento y acceder al shopping. Hay tres ascensores (hoy había que reservar turno con tres días de anticipación para tomar alguno) o las rampas para carros de supermercado que te llevan al Wal-Mart. Yo elegí esta opción, pero terminás adentro del mismo y hay que hacer un desvío para llegar al shopping. No es muy grave esto, pero parece ser una desprolijidad del diseño.

Por dentro el lugar es muy lindo. Un diseño simple, casi minimalista, pero elegante. Amplios pasillos, enormes escaleras que conectan las tres plantas hasta ahora habilitadas (parece haber una más, por ahora cerrada) y muchas escaleras mecánicas. Incluso en algunos lugares hay más de una que va en la misma dirección. No me puedo quejar de eso.

Casi todos los locales son muy amplios. El mayor aparte del Wal-Mart debe ser Fallabela que tiene tras plantas.

El patio de comidas no parece ser demasiado grande y hay varios locales aún cerrados, pero como yo fui temprano conseguí almorzar sin esperar demasiado ni la comida ni la mesa.

Si son amantes de la música, por este mes hay 10% de descuento en Yenny (sólo en música, no en libros).

Y con eso se termina todo lo bueno que puedo decir. Todavía tengo más críticas negativas para compartir…

La primera es obvia. Si pueden aguantar, esperen varios días más porque el barrio es un despelote, no se puede circular tranquilo y van a tardar varios minutos hasta que puedan entrar el estacionamiento.

El interior evidencia varios signos de “inauguremos igual aunque no hayamos terminado casi nada como corresponde”…

Paso a enumerar algunas de las cosas que me acuerdo:

Baños sin terminar: inodoros sin puerta (¡sí, como en un baño romano! !lo único que falta es que los hubieran puesto en ronda y con servicio de peluquería, así mientras c…. te cortan las patillas y conversás con el resto de los “esforzados” caballeros!); cañillas en los lavabos que sobresalen unos 23 mm de la pared, de manera que tenés que lavarte las manos de perfil; ausencia de toalleros, aunque en algunos había seca manos eléctricos; un diseño de curvas y contra curvas que desde la entrada del sector de baños hasta que llegás al inodoro, si no venís con resto de aguante suficiente, te hacés encima… ¡y rezá para que haya papel! Es tan atípico que es divertido ver cómo la gente hace lo mismo para entrar al baño que tiene que hacer para tomar una rampa del estacionamiento: avanza, mira, frena (no sabe si es damas o caballeros, las dos puertas están enfrentadas y con escasa señalización), recula, dobla, entra al baño, avanza, frena, mira (hay espejos que impiden distinguir si lo que estás viendo es gente viniendo de frente y saliendo del baño o entrando como vos pero más adelantados), avanza otro poco, divisa la entrada a los mingitorios, avanza, dobla, avanza, mira para ver dónde hay algún inodoro que tenga puerta, aprieta las nalgas, putea, retrocede… ¿dónde está la salida?, ¡cuidado con el espejo, boludo!, mira, avanza, dobla, avanza… uy menos mal, llegué otra vez a los lavabos… y así sigue… cuando logran salir del baño ya les agarró ganas de nuevo… En fin, ¡una cagada!

Zócalos: ¡Ay, Dios y la Santa Virgen! Tienen las mismas marcas y manchas que trajeron de fábrica… ¡nunca los limpiaron!

Escaleras mecánicas: cintas apoya manos nunca higienizadas, suciedad de fábrica, ausencia de guardas en algunos lugares…

Barandas: muy lindo diseño, pero sucias y en un caso, reemplazada con ¡cartón y cinta scotch! ¡Y era el segundo o tercer piso!

En fin… hay mugre por todos lados, tal como cuando los albañiles se van de casa y te dejaron lleno de polvo hasta el culo del gato.

Este shopping no es de otro mundo ¡es de otra tierra! ¡Pero de esa otra tierra que no está en el resto de la ciudad! ¡Está toda allí adentro!

Consejo: no se bañen antes de ir, guarden la ducha para cuando regresen… Y por ningún motivo toquen las cintas pasamanos de las escaleras o ninguna clase de baranda… pues ¡en los baños no hay jabón para lavarse las manos!

 

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