¡Será posible que sea tan obsesivo! Casi sin darme cuenta se me cruzó la idea de que debía numerar las entradas al blog, desde el momento en que noté que había llegado a la número 100.
Un centenar es una cantidad importante, pero tampoco la pavada de tener que seguir contando una por una para saber cuántas van... ¿a quién le interesa? ¡A nadie! ¿Y yo me voy a tomar el trabajo de seguir contando? No.... están muy equivocados. ¡Ya me cansé! Si quieren saber cuántas van, cuenten ustedes.
Como verán me canso rápido. Y sí, mi estado psíquico no da para mantener la atención mucho tiempo en el mismo asunto... y no es por falta de capacidad intelectual... es más que nada porque -como dice Moria Casán- estoy "todo teflonado" y casi todo me "resbala". No tengo ganas de complicarme la vida así que prefiero abandonar una idea antes de que hartarme de ella.
Por otro lado, también nos acostumbran a eso. Y como muchos sospechamos, no para mantenernos en forma, sino para confundir y dominarnos mejor. Pasamos de la crisis financiera global al dengue casi sin solución de continuidad y antes de que nos acostumbráramos a desconfiar de cualquier mosquito muerto de hambre, nos sacudieron con la gripe porcina que parece que es más grave... No tengo mucha información, pero puedo deducir por qué... me parece que debe haber consecuencias peores si mientras estás durmiendo te aterriza en la cara un chancho volador tratando de picarte... No sé, digo yo... no?
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