jueves, 19 de mayo de 2011

Confirmado: primero fue el huevo

La primera vez que la vi estaba allí, sobre la derecha, casi como de casualidad... parecía que se había quedado en ese lugar porque era el primero que había visto y le resultaba cómodo. Si me hubiera hablado, probablemente habría dicho algo así como:
- "No podía seguir andando con los huevos torcidos y me hice a un lado para acomodarlos..."

Un par de días después la volví a ver en la misma zona, casi en el mismo lugar. Pero ahora di por descontado que no era por casualidad que estuviera allí. Además ya mostraba sus huevos con ostentación a todas las vecinas que se acercaban.

Al día siguiente estaba ahí de nuevo. Y entonces ya no quedaban dudas: todo era premeditado: camioneta Fiorino blanca con ambas puertas traseras bien abiertas y mostrando chiquicientas docenas de huevos relucientes listos para ser vendidos en el barrio, a cualquiera que se acercara a esa esquina.

Días después comprobé que el plan original seguramente contemplaba la ampliación de la oferta, porque comenzaron a aparecer chorizos, salames, hormas de quesos, encurtidos, etc. etc... Lo que el primer día aparentó ser una detención junto al cordón de la vereda para acomodar la carga, se transformó con el correr de las jornadas en puesto ambulante polirrubro.

No me extrañaría que detrás de los huevos tenga otras cosas: analgésicos, empanadas, broches para ropa, fundas para celulares, conversores para TV digital y no sé cuántas cosas más...

Eso sí, ante cualquier emergencia, se cierran las puertas, el conductor pone en marcha el vehículo y se va como si nada hubiera pasado. Eso sí que es venta "ambulante".

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