sábado, 4 de julio de 2009

Qué lo parió…

Tan limpito, tan decente, tan buena persona… y aquí estoy… con gripe, encerrado entre cuatro paredes. ¡No hay justicia en este país!

Las primeras señales aparecieron el miércoles y el jueves ya no pude entrar a trabajar: se sentía en todo el cuerpo y quedaba demostrado con la medición de la temperatura.

A partir de allí la cosa cambió…

- ¡Barbijo!

- ¡Consulta médica! ¡Placa de tórax!

- ¡Alcohol! ¡Agua bendita! ¡Ajo! ¡Gamexane!

- ¡Encierro! (y trate de no respirar).

Menos mal que uno es casi un clon de Brad Pitt, bueno… compartimos el genoma humano, che… si no, me sentiría realmente discriminado con semejante tratamiento anti-contagio.

Escena en recepción de clínica:

- ¿Nombre? Plfff… (onomatopeya de dispenser de alcohol en gel).

- Maurito (no habrán pensado que les iba a decir mi verdadero nombre…)

- ¿Su teléfono es 4………? Pllffffff!

- Mmsí…

- Tome asiento que lo llaman por apellido. Pllfffff, pppllfff, pplllffff!!!!

¡Andáaaa… tanto gel y seguro que no te cambiaste la bombacha!

 

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