domingo, 1 de noviembre de 2009

Estaba vivo y se murió

 

Estoy en medio de una tormenta cerebral. Desde hace un rato mi cerebro no para de disparar imágenes y pensamientos de las más variadas categorías, preguntas, respuestas, recuerdos, análisis, etc.

Nada organizado, es más, diría que es como un poco espasmódico, por no decir delirante.

Pero hoy prima lo trascendental, lo místico… (juro que no tomo alcohol, ja ja). Bueno, compartan este vómito neuronal…

Cerebro: – “¿Qué significa RIP?”

Yo (que no siempre soy un todo con mi cerebro): - “Ah… esa la sé, pero no me acuerdo bien cómo se escribe…”

Busco en internet y dice: Requiescat in pace, es decir Descanse en paz. Y allí mismo engancho con INRI (esta sí que no me acuerdo como se escribe aunque sé que significa Jesús de Nazaret Rey de los Judíos). Busco en internet y efectivamente, dice: Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum.

Cerebro: –“¡Qué lindo sería estar en Europa otra vez!”

Yo: ¡¡????¡???

Ok, salgamos del cementerio y vayamos a Europa.

Bueno, pero primero entremos a las catacumbas de Roma, así no me alejo tanto de los fiambres…

Cerebro: – “¡Qué sabroso el jamón crudo de Madrid!”

No le hagan caso, síganme a las catacumbas…

Cuando estuve en Roma, visité 2 catacumbas. No recuerdo ahora sus nombres, pero eran dos de las más cercanas al centro de la ciudad.

 

No se si sabrán lo que son las catacumbas. Son los primeros cementerios cristianos de la antigua Roma. Todas están bajo tierra y fuera de los antiguos muros de la ciudad porque la ley del Imperio Romano prohibía enterrar muertos dentro de ella.

Las catacumbas se extienden por cientos de kilómetros, con infinidad de pasillos y en varios niveles. Hay sectores bastante estructurados con paredes revestidas y pintadas, pero otros son simples túneles que parecen cavados con las manos o herramientas manuales. La primera sensación que uno tiene cuando entra es que está dentro de un hormiguero gigante.

Cerebro: –“¡Pavada de hormiga…!”

Los cristianos sepultaban a sus muertos en los nichos que se ven en la fotografía de arriba, pero también hacían habitáculos o habitaciones más grandes y decoradas.

Muchos santos de los primeros siglos están sepultados en las catacumbas. Yo pasé por el lugar donde estuvo Santa Cecilia, la patrona de la música. Es un nicho como los que ven arriba, así de sencillo.

Cerebro: – “¿La gente vivía allí abajo?”

No, la gente no vivía, pero, aunque algunos dicen que son sólo leyendas, otros afirman que sí se ocultaban durante las persecuciones de los romanos. Por dos motivos, uno porque las catacumbas son verdaderos laberintos y otro porque los romanos no luchaban en “campos santos”, es decir donde había gente sepultada. Al menos eso me dijo el guía que explicaba durante el tour.

Cerebro: –“pescado”

Yo: –“Más pescado serás vos”

Allí también me enteré de otra cosa que hasta entonces no sabía, pese a haber asistido 5 años a una escuela católica.

En las catacumbas hay toda clase de inscripciones, signos, y en los lugares mejores conservados, frescos (pinturas).

Es bastante común ver el dibujo de un pescado arriba de las tumbas. Eso proviene de una costumbre de los primeros cristianos que para evitar ser detectados en la antigua Roma, se identificaban dibujando un pescado en la tierra, por ejemplo, al cruzarse con alguien que suponían también cristiano.

Si la otra persona también lo era, interpretaría inmediatamente lo correcto. No le pediría un kg de merluza, sino que sabría que se trataba de un cristiano.

Resulta ser que en griego, el idioma en el que fue escrito el Nuevo Testamento, la palabra Ichthus, que significa pez, es un acróstico de Jesús Cristo Hijo de Dios Salvador. De esta manera, el dibujo de un pez es un símbolo de identidad cristiana.

Cerebro: –“Cuánto hace que no como cornalitos…”

 

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