sábado, 16 de junio de 2012

El origen del mal

- “My God, we were so wrong…” (“Mi Dios, estábamos tan equivocados…”).

Elizabeth Shaw, el personaje protagonista de esta historia y una de las que inicia el viaje que se relata en ella, pronuncia esas palabras casi al final de la película cuando ya es tarde para arreglar casi todo lo que generó.

Y vaya que armó lío esta chica. Lo que comenzó allá por el año 2069 como la búsqueda del origen de la humanidad, termina siendo una aventura para salvar el futuro de la Tierra.

No se preocupen, no les estoy contando todo el argumento, ni tampoco más que lo que reza la publicidad de la misma.

Prometheus es una película de ciencia ficción del más alto nivel. La historia es asombrosa y está contada magistralmente. Tiene la dosis justa de “mostros” alienígenas como para no defraudar a los seguidores de Aliens, pero bien dosificada… de modo que tampoco defrauda a quien va a buscar algo más que ver gente corriendo adelante de un bicho muy muy malo y muy pero muy enojado.

Como suelo decir, a esta altura de la cinematografía, uno puede abstraerse de lo que realmente está viendo y simplemente mirar lo que le están mostrando… es decir, en una buena película ya no es posible discernir qué es un efecto especial de lo que no lo es. ¿Habrá algo más que un cineasta quiera que justamente eso?

Sumado a la excelencia en efectos especiales, esta película tiene una fotografía (y/o diseño de escenas) asombrosa, impecable. Y eso ya es suficiente para disfrutarla.

Lo que se anuncia como una “precuela” de Aliens es prácticamente una historia independiente. Sólo en las últimas escenas se deja ver una relación más estrecha, de modo que queda el camino allanado para posibles “secuelas” de esta “precuela” ¡Y sí, de algo tiene que vivir esta pobre gente!

Bien, para no hacer esto más extenso… Prometheus es una película excelente, altamente recomendable (ni hablar para los que les gusta la ciencia ficción). No se la pierdan.

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